miércoles, 13 de mayo de 2015

Anillo de compromiso para mi madre




Un muchacho entra con paso firme a una joyería y pidió q le mostraran el mejor anillo que tuvieran! El joyero le mostro una hermosa piedra solitaria que brillaba como un pequeño sol resplandeciente el muchacho contemplo el anillo y pregunto el precio y con una sonrisa se dispuso a pagarlo! - Se va a casar pronto?:O
Pregunto el joyero
-No!! Ni siquiera tengo novia..
Es para mi Mama cuando yo iba a nacer estuvo sola alguien le aconsejo que se hiciera un aborto y así se evitaría problemas pero ella se negó y me regalo la vida fue padre y Madre, amiga, hermana y maestra. Me hizo ser lo que soy y ahora k puedo le compro este anillo de compromiso Ella nunca tubo uno!! Yo se lo doy como promesa que si ella hizo todo por mi yo haré todo por ella..El Amor de una madre es el amor mas puro e incondicional que existe en el mundo..

Y TU AMAS A TU MADRE? 

sábado, 9 de mayo de 2015

Ser madre te hace más hermosa


Cuando se espera un hijo, sobre todo a partir del segundo trimestre, el cabello está más fuerte y brillante que nunca. No es que salga más cabello, es que las hormonas impiden su caída. La piel se pone más suave, tersa y uniforme, debido a una combinación de la actividad hormonal, el incremento del volumen de la sangre para llevar oxígeno al bebé y el estilo de vida saludable que exige la gestación. El pecho aumentan de tamaño una o dos tallas y la figura se redondea: ¡no hay curvas más favorecedoras que estas! Muchos futuros papás encuentran a la mujer más atractiva que antes.

Carta de una madre a su hija


Mi querida hija, el día que me veas vieja, te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste” solamente escúchame por favor ,Y recuerda los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida. Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña. 
Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada. Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida. 
Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante.
Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches. Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos. 
Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor. Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré. 
Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo, mi querida hija.

martes, 5 de mayo de 2015

Mis galletitas

Galletas

A una estación de trenes llega una tarde, una señora muy elegante. En la ventanilla le informan que el tren viene con retraso y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación. 
Un poco fastidiada, la señora va al kiosco y compra una revista, un paquete de galletitas y una lata de naranjada. Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén.
Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un diario. De pronto, la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente.
La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer ver que no ha pasado nada; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.
Por toda respuesta, el joven sonríe y toma otra galletita. La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho. El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita.
– No podrá ser tan caradura – piensa
.. y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas. Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora. 
– ¡Gracias! – dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.
– De nada – contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.


El tren llega. Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa:
– Sinverguenza.
Siente la boca reseca de ira. Abre el bolso para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas. !Intacto!
Maestro: las cosas no son siempre como pensamos.

Autor: Jorge Bucay