Cuando se espera un hijo, sobre todo a partir del segundo trimestre, el cabello está más fuerte y brillante que nunca. No es que salga más cabello, es que las hormonas impiden su caída. La piel se pone más suave, tersa y uniforme, debido a una combinación de la actividad hormonal, el incremento del volumen de la sangre para llevar oxígeno al bebé y el estilo de vida saludable que exige la gestación. El pecho aumentan de tamaño una o dos tallas y la figura se redondea: ¡no hay curvas más favorecedoras que estas! Muchos futuros papás encuentran a la mujer más atractiva que antes.
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