martes, 31 de marzo de 2015

En un latido

Y llegar hasta allí me proporciono la serenidad que necesitaba.
Desate mis zapatos y con ellos en la mano comencé a vagar por aquella playa.
El ruido de esas olas  y las caricias de la arena acogiendo mis pies, se convirtieron  en ese mágico  sedante que mi cuerpo y mi mente buscaban.
Comenzar por el final era una buena forma de asimilar, el caos que de pronto me alcanzaba de lleno.
Un final irrevocable, y con tremendas consecuencias, de las que yo y solamente yo me había convertido en la responsable y defensora acérrima, desde aquel momento.
Recordarlo aún me provocaba tal sequedad de garganta que en ocasiones me impedía hasta respirar.
Ese temido NO PUEDO! Que vi en su cara, solo fue el preludio a la reacción que  siguió cuando  verificaste que efectivamente estaba dentro de mí y creciendo.
Y aunque en mi interior lo sabía, hoy aún sigue clavándose en mis entrañas destrozando a su paso alma y corazón, sin reconstrucción posible.
Un latido, ese pequeño e insignificante latido en aquel monitor, convirtió de repente noches de caricias y entrega, en un miedo atroz que caló tan dentro en ti que en su defecto me devolviste  tu  indiferencia en un principio y tu abandono como final.
Después, como tantas veces que volvía a caer en la desesperación, recordaba lo que había en mi bolsillo y sacándolo de nuevo contemplaba aquella imagen.
Una vez  más me había dejado llevar por cosas que solo demostraron ser pasajeras, cuando lo importante y duradero hasta mi muerte estaba frente a mí, en aquel papel.
Su latido aun tenue, se haría fuerte en el nido que le brindaba y solo él, aun con su tamaño, sería capaz de reconstruir cada pedazo que ahora se derrumbaba.
Ese aleteo en su interior, crecía  "pensó tocando su vientre" esas pequeñas alas de mariposa me recordaban que no era cierto que estuviera sola.
Sonreí, ahora sí que lo demás ya no importaba.

No quiero necesitarte


Mi problema es que nunca he sabido diferenciar muy bien las situaciones. Sé que esto es malo y que lo único que me causa es sufrimiento. Y eso es lo que me pasa contigo. 

Al principio todo iba bien. "Lo único que tienes que saber es que esto no es una relación. Cuando queréis os llamáis y cuando no, pues nada". Sí, es un consejo muy práctico, pero claro funciona al principio, o al menos así ha sido en mi caso. 

¿Quién se aprovecha de quién? Tú de mí porque me llamas cuando te interesa o te conviene. Yo de ti al principio igual, pero ahora ya no, ahora te necesito. Y eso no me gusta. No quiero necesitar a nadie. He aprendido que todos debemos valernos por nosotros mismos y depositar tanto en otra persona te puede llevar a un engaño y a una decepción. 

¿Quién es ella? Esa chica que tanto sale contigo en las fotos. Según tú es una amiga, pero verte así con ella me da que pensar. Y que se pasen semanas sin recibir una llamada tuya también. Tú no me has prometido nada y yo a ti tampoco. Pero hay una diferencia: tú conoces mi debilidad. "Me entiendo bien contigo y eso es difícil de conseguir con otra persona. Los dos buscamos lo mismo". Eso me dijiste una noche en tu coche. En ese momento no dije nada. 

No soy valiente, creo que nunca lo he sido. Sé que me callaré y nunca te diré nada de esto. Porque simplemente no soy capaz. ¿Podría soportar tu rechazo? Sí, estoy convencida de que me rechazarías. Y sí, podría vivir con tu rechazo, pero no quiero vivir con él. Quiero conservar algo de dignidad o de orgullo, llámalo como quieras. No me verás llorar aunque puedes estar seguro de que lloro más de lo que querría y debería. 

Todo esto no quiere decir que no crea en el amor. Claro que creo en él pero también pienso que es muy complicado encontrarlo. ¿Qué debo hacer si me llamas? ¿Acudir? ¿Decirte que no? Sé que aunque te dé largas terminaré cediendo de nuevo. No puedo decirte que no. Tampoco quiero porque en el fondo siempre queda una esperanza. Por eso pregunto ¿quién se aprovecha de quién?

Se me oprime el pecho cuando lo pienso, cuando mi imaginación vuela e invento historias que no sé si serán reales o fruto de mis propios y enrevesados pensamientos. Ni puedo ni quiero reprocharte nada. Tú sigues con tu vida y yo intento seguir con la mía. 

No tengo nada claro. Bueno, algo sí. 

No quiero necesitarte. 


Contigo o sin ti


Cómo decirte que te extraño... 
Cómo decirte que le haces falta a mi vida... 
Si tú tienes...todo lo que tú quieres, 
En este mundo...
No hay barreras... 
Vas caminando por la vida sin pensar en mi...

Yo me quedo aquí. Voy a llorar...
Sólo una lágrima...
Para festejar tu adiós...
Por que fuí yo quien como una loca
De ti se enamoró
Me voy sin que pienses que llorando seguire por ti

Espero que nunca sufras...
Ni sientas el daño tan enorme que por amarte yo sentí.

Secaré mis lágrimas...
Tengo que ser feliz, yo quiero ser felíz, yo voy a ser felíz
CINTIGO... O SIN TI!!

BY ☆Ale☆


Tu dime....


Tu dime si hago bien al renunciar a lo que mi alma me grita al estar en tus brazos? Tu dime que gano yo al dejar que mis besos mueran en mis labios. Que mis abrazos queden inconclusos... Tu dime que se logra al dejar que vueles lejos de mi y a la vez estes tan cerca.... Tu dime porque mirando tus ojos, acariciando tus manos, ansiando tus besos, mi alma se conforma con solo tenerte por momentos como un amigo. Tu dime si es que somos tan distintos porque a la vez parecemos tan iguales... Tu dime si al declarar hoy este te quiero en mi vida y a la vez te dejo ir algun dia te traera a mi y jamas te iras... Tu dime si hago mal en desearte sabiendo que no me perteneces... Tu dime amor mio si esto que hoy siento puede en algun momento ser reciproco... Tu dime si cuando estas a mi lado necesitas la complicidad de un beso como mi boca lo grita dejando morir ese grito en mi garganta... Tu dime si en tu corazon, por instantes habito yo.....
b Melody.-

viernes, 27 de marzo de 2015

Historia de amor (No te la pierdas)

Mis abuelos estuvieron casados durante más de medio siglo. Desde que se conocieron, jugaron a un juego muy especial. La meta del juego era escribir la palabra “Shmily” en un lugar oculto para que el otro la encontrara. Hacían turnos dejando la palabra “Shmily” por toda la casa, y tan pronto como uno de ellos la encontraba, era el turno de esconderla para que la encontrara el otro.
Con los dedos escribían la palabra en la harina o el azúcar de los recipientes de la cocina para que la encontrara el que prepararía la siguiente comida. La escribían vidrios empañados de las ventanas que daban al patio donde mi abuela nos daba el pudín que ella misma preparaba. Escribían la palabra en el espejo del baño, donde aparecía después con la humedad de cada baño caliente. Una vez, mi abuela desenrolló un rollo completo de papel higiénico y escondió la palabra escrita al final.
shmily1
La palabra “Shmily” aparecía por todos lados. Notas escritas apresuradamente aparecían en la guantera o el asiento del coche, o se encontraban pegadas con cinta en el volante. Las notas se escondían dentro de los zapatos o debajo de las almohadas. Se escribía en el polvo de la repisa o en las cenizas de la chimenea. Esa misteriosa palabra formaba parte de la casa de mis abuelos al igual que sus muebles.
Me llevó mucho tiempo apreciar completamente el juego de mis abuelos. El escepticismo me ha impedido creer en el amor verdadero, el amor que es puro y que perdura. Sin embargo, jamás tuve dudas de la relación de mis abuelos. Para ellos el amor no tenía secretos. Era más que sus pequeños juegos de coqueteo, era su modo de vida. Su relación estaba basada en una devoción y afecto apasionado que no todo el mundo experimenta.
Siempre que podían, mi abuela y mi abuelo se tomaban de las manos. Se robaban besos cada vez que se tropezaban en su pequeña cocina. Al hablar, uno terminaba las frases del otro y compartían el crucigrama y el acertijo diario del periódico. Mi abuela me susurraba al oído lo guapo que era mi abuelo, que se había convertido en un anciano muy apuesto. Hacía alardes de que ella había sabido “elegir”. Antes de cada comida, inclinaban la cabeza y oraban, maravillados por sus bendiciones: una familia maravillosa, prosperidad, y el tenerse el uno al otro.
Pero había una nube oscura en la vida de mis abuelos: mi abuela tenía cáncer de mama. La enfermedad le había aparecido hacía ya diez años. Como siempre, mi abuelo estuvo a su lado cada paso del camino. La confortaba en su dormitorio amarillo, que había sido pintado de ese color para que ella pudiera siempre estar rodeada de la luz del sol, aún cuando estaba muy enferma para salir afuera.
Ahora el cáncer estaba otra vez atacándole el cuerpo. Con la ayuda de un bastón y la mano firme de mi abuelo, iba con él a la iglesia todos los domingos. Pero mi abuela se fue poniendo más débil hasta que finalmente no pudo salir de la casa. Por un tiempo, mi abuelo iba a la iglesia solo, orándole a Dios que cuidara a su esposa. Entonces, un día, lo tan temido sucedió. Mi abuela falleció.
“Shmily” estaba pintado en amarillo en las cintas rosadas del arreglo floral del funeral de mi abuela. Cuando la gente comenzaba a salir, mis tías, mis tíos, mis primos y otros miembros de la familia pasaron adelante y se reunieron por última vez alrededor de mi abuela. Mi abuelo se paró al lado del ataúd, y tomando aire, comenzó a cantarle a mi abuela. A través de su dolor y lágrimas, surgió la canción, cantada con una voz profunda y un poco ronca: era una canción de cuna.
Temblando, abatida por mi propio dolor, jamas olvidaré ese momento. Porque supe que, aunque no podía siquiera imaginar la profundidad de su amor, sí tuve el privilegio de ser testigo de su belleza inigualable.

La mujer en la soledad o en la desolación


Nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones, miedo a la soledad. El miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía, porque desde muy pequeñas y toda la vida se nos ha formado en el sentimiento de orfandad; porque se nos ha hecho profundamente dependientes de los demás y se nos ha hecho sentir que la soledad es negativa, alrededor de la cual hay toda clase de mitos. Esta construcción se refuerza con expresiones como las siguientes “¿Te vas a quedar solita?”, “¿Por qué tan solitas muchachas?”,  hasta cuando vamos muchas mujeres juntas.
La construcción de la relación entre los géneros tiene muchas implicaciones y una de ellas es que las mujeres no estamos hechas para estar solas de los hombres, sino que el sosiego de las mujeres depende de la presencia de los hombres, aún cuando sea como recuerdo.
Esa capacidad construida en las mujeres de crearnos fetiches, guardando recuerdos materiales de los hombres para no sentirnos solas, es parte de lo que tiene que desmontarse. Una clave para hacer este proceso es diferenciar entre soledad y desolación. Estar desoladas es el resultado de sentir una pérdida irreparable. Y en el caso de muchas mujeres, la desolación sobreviene cada vez que nos quedamos solas, cuando alguien no llegó, o cuando llegó más tarde. Podemos sentir la desolación a cada instante.
Otro componente de la desolación y que es parte de la cultura de género de las mujeres es la educación fantástica par la esperanza. A la desolación la acompaña la esperanza: la esperanza de encontrar a alguien que nos quite el sentimiento de desolación.
La soledad puede definirse como el tiempo, el espacio, el estado donde no hay otros que actúan como intermediarios con nosotras mismas. La soledad es un espacio necesario para ejercer los derechos autónomos de la persona y para tener experiencias en las que no participan de manera directa otras personas.
Para enfrentar el miedo a la soledad tenemos que reparar la desolación en las mujeres y la única reparación posible es poner nuestro yo en el centro y convertir la soledad en un estado de bienestar de la persona.
Para construir la autonomía necesitamos soledad y requerimos eliminar en la práctica concreta, los múltiples mecanismos que tenemos las mujeres para no estar solas. Demanda mucha disciplina no salir corriendo a ver a la amiga en el momento que nos quedamos solas. La necesidad de contacto personal en estado de dependencia vital es una necesidad de apego. En el caso de las mujeres, para establecer una conexión de fusión con los otros, necesitamos entrar en contacto real, material, simbólico, visual, auditivo o de cualquier otro tipo.
La autonomía pasa por cortar esos cordones umbilicales y para lograrlo se requiere desarrollar la disciplina de no levantar el teléfono cuando se tiene angustia, miedo o una gran alegría porque no se sabe qué hacer con esos sentimientos, porque nos han enseñado que vivir la alegría es contársela a alguien, antes que gozarla. Para las mujeres, el placer existe sólo cuando es compartido porque el yo no legitima la experiencia; porque el yo no existe.
Es por todo esto que necesitamos hacer un conjunto de cambios prácticos en la vida cotidiana. Construimos autonomía cuando dejamos de mantener vínculos de fusión con los otros; cuando la soledad es ese espacio donde pueden pasarnos cosas tan interesantes que nos ponen a pensar. Pensar en soledad es una actividad intelectual distinta que pensar frente a otros.
Uno de los procesos más interesantes del pensamiento es hacer conexiones; conectar lo fragmentario y esto no es posible hacerlo si no es en soledad.
Otra cosa que se hace en soledad y que funda la modernidad, es dudar. Cuando pensamos frente a los otros el pensamiento está comprometido con la defensa de nuestras ideas, cuando lo hacemos en soledad, podemos dudar.
Si no dudamos no podemos ser autónomas porque lo que tenemos es pensamiento dogmático. Para ser autónomas necesitamos desarrollar pensamiento crítico, abierto, flexible, en movimiento, que no aspira a construir verdades y esto significa hacer una revolución intelectual en las mujeres.

No hay autonomía sin revolucionar la manera de pensar y el contenido de los pensamientos. Si nos quedamos solas únicamente para pensar en los otros, haremos lo que sabemos hacer muy bien: evocar, rememorar, entrar en estados de nostalgia. El gran cineasta soviético Andrei Tarkovski, en su película “Nostalgia” habla del dolor de lo perdido, de lo pasado, aquello que ya no se tiene.
Las mujeres somos expertas en nostalgia y como parte de la cultura romántica se vuelve un atributo del género de las mujeres.
El recordar es una experiencia de la vida, el problema es cuando en soledad usamos ese espacio para traer a los otros a nuestro presente, a nuestro centro, nostálgicamente. Se trata entonces de hacer de la soledad un espacio de desarrollo del pensamiento propio, de la afectividad, del erotismo y sexualidad propias.
En la subjetividad de las mujeres, la omnipotencia, la impotencia y el miedo actúan como diques que impiden desarrollar la autonomía, subjetiva y prácticamente.
La autonomía requiere convertir la soledad en un estado placentero, de goce, de creatividad, con posiblidad de pensamiento, de duda, de meditación, de reflexión. Se trata de hacer de la soledad un espacio donde es posible romper el diálogo subjetivo interior con los otros y en el que realizamos fantasías de autonomía, de protagonismo pero de una gran dependencia y donde se dice todo lo que no se hace en la realidad, porque es un diálogo discursivo.
Necesitamos romper ese diálogo interior porque se vuelve sustitutivo de la acción ; porque es una fuga donde no hay realización vicaria de la persona porque lo que hace en la fantasía no lo hace en la práctica, y la persona queda contenta pensando que ya resolvió todo, pero no tiene los recursos reales, ni los desarrolla para salir de la vida subjetiva intrapsíquica al mundo de las relaciones sociales, que es donde se vive la autonomía.
Tenemos que deshacer el monólogo interior. Tenemos que dejar de funcionar con fantasías del tipo: “le digo, me dice, le hago”. Se trata más bien de pensar “aquí estoy, qué pienso, qué quiero, hacia dónde, cómo, cuándo y por qué” que son preguntas vitales de la existencia.
La soledad es un recurso metodológico imprescindible para construir la autonomía. Sin soledad no sólo nos quedaremos en la precocidad sino que no desarrollamos las habilidades del yo. La soledad puede ser vivida como metodología, como proceso de vida. Tener momentos temporales de soledad en la vida cotidiana, momentos de aislamiento en relación con otras personas es fundamental. y se requiere disciplina para aislarse sistemáticamente en un proceso de búsqueda del estado de soledad.
Mirada como un estado del ser –la soledad ontológica–  la soledad es un hecho presente en nuestra vida desde que nacemos. En el hecho de nacer hay un proceso de autonomía que al mismo tiempo, de inmediato se constituye en un proceso de dependencia. Es posible comprender entonces, que la construcción de género en la mujeres anula algo que al nacer es parte del proceso de vivir.
Al crecer en dependencia, por ese proceso de orfandad que se construye en las mujeres, se nos crea una necesidad irremediable de apego a los otros.
El trato social en la vida cotidiana de las mujeres está construido para impedir la soledad. El trato que ideológicamente se da a la soledad y la construcción de género anulan la experiencia positiva de la soledad como parte de la experiencia humana de las mujeres. Convertirnos en sujetas significa asumir que de veras estamos solas: solas en la vida, solas en la existencia. Y asumir esto significa dejar de exigir a los demás que sean nuestros acompañantes en la existencia; dejar de conminar a los demás para que estén y vivan con nosotras.
Una demanda típicamente femenina es que nos “acompañen” pero es un pedido de acompañamiento de alguien que es débil, infantil, carenciada, incapaz de asumir su soledad. En la construcción de la autonomía se trata de reconocer que estamos solas y de construir la separación y distancia entre el yo y los otros

miércoles, 25 de marzo de 2015

El amor existe



Hoy quiero hablar del amor, del amor que buscamos,
del amor no correspondido, del amor que vive en nosotros, 
del amor que seremos...
El amor es un sentimiento inmenso que rompe 
con barreras y límites, invade pensamientos y emociones, 
genera paz y tranquilidad en el alma, 
crea ilusiones y sueños, es un suspiro profundo, 
es llorar de alegría y de tristeza, es valorar al ser amado, 
es dejarlo libre cuando todo ha terminado, 
es compenetrar en un todo, es luchar por la felicidad mutua, 
es un espacio de ensueño..
Es excelso que el amor surja de ambos, 
pero es difícil cuando no hay esa identificación mutua. 
Cuando uno ama y uno no pertenece al otro, 
y cuando te buscan y uno está en su propio cobijo. 
Es existir en un ciclo de comprensión, espera y tiempo. 
Es entender que en ese lapso son tú, él, el entorno, 
tus metas, sus quimeras, el momento... 
Ni uno, ni el otro están errados. Ambos son únicos y especiales, 
sólo es el instante de ese encuentro y el universo presente de cada uno.
Es disfrutar los minutos de hoy y anhelarle buenos segundos
si ya no estuviera a tu lado en un futuro.
El amor existe y debes vivirlo cuando llega a ti. 
No hay otra época, es HOY.
Si hoy es tu espacio gózalo y sino, 
espera paciente porque se te recompensará inmensamente.

domingo, 22 de marzo de 2015

Ahora...

Ahora Aprendo que el pasado ya no está.
También entiendo que el futuro no existe.
Entiendo que tengo que crearlo a partir de este Presente que estoy viviendo Aquí y Ahora.

Cuando decido vivir el presente comprendo que tengo que hacer cosas para evolucionar, mirarme por dentro, conocerme, es ser consciente de mi realidad.

Soy feliz porque no necesito nada más. Cuando nos apegamos a algo, siempre desearemos más. Pero hoy decido liberarme.

Porque entiendo que el apego conduce a la desdicha.
Por eso hoy decido liberarme de él para alcanzar la felicidad.
Soy feliz porque me dejo llevar por la corriente de la vida. 

Hoy entiendo los cambios porque los cambios son la energía misma del universo y hoy me dejo llevar por esa corriente de la misma existencia.

Por derecho de nacimiento tenemos a nuestra disposición toda la Paz, el Amor, Bienestar y Prosperidad que estemos dispuestos a aceptar.

Soy ahora un canal abierto para la energía creativa para recibir todo lo que soy merecedor.

La inspiración y las ideas creativas acuden a mí a diario para crear prosperidad en mi vida.
Soy creador en mi vida de abundancia infinita.
Ahora estoy creando mi vida tal como la deseo

Viviré sin tí

Decidí que voy a seguir mi vida sin ti 
Decidí, que no necesito tu amor para vivir
Yo sin ti, te juro que voy hacer muy feliz 
Y saber, el abismo en el que por amarte yo caí, 

Si fuerzas me sobraron para amarte, 
Así mismo sobrarán para olvidarte, 
Siempre te creíste imprescindible 
Hasta yo llegué a creerlo, 
Estúpido, ignorante que confié en tu falso amor 

Y te dí mi corazón, 
Pero que no vio lejos la salida 
Yo sé que voy a olvidarte, 

Y tú vas a recordarme con dolor 
Por burlarte de mi amor, 
Por dañar mis sentimientos, 
Por romperme el corazón, 

Vas a recordarme con dolor, 
Cuándo estés en otros abrazos 
Y no encuentres otro amor 
Así cómo el que te dí.

sábado, 21 de marzo de 2015

Te necesito



Hoy de nuevo la noche volvió a caer 
sobre mi, como un torrente de recuerdos 
que amenazan con agolparse en mis ojos 
para huir en forma de lágrimas 
de este torbellino 
de sentimientos que hoy me embarga. 

Te extraño, si. Demasiado, 
quizás mas de lo sospechado. 
Tal vez un poco mas de lo común 
y tal vez menos de lo normal.

Te necesito, como el día necesita 
de la noche para descansar en su abrazo.
Te necesito, como la soledad 
al recuerdo para mitigar las ausencias. 
Te necesito, como lo hace 
el sediento a un vaso de agua para calmar la sed. 
Te necesito, como se necesitan 
las cosas absurdas 
para ocupar la mente en banalidades. 
Te necesito, 
como el cielo necesita de miradas 
para brillar cada día.

Te odio?, me lo pregunto, 
al intentar borrar de mis manos las tuyas. 
Te odio?, me lo pregunto,
al querer tapar tu perfume 
de sueños inconclusos, con el aroma 
de una nueva ilusión. 
Te odio?, una duda constante 
al pensar que puedo tapar con jirones 
de otra piel el sello de la tuya.
Te quiero, lo se, no cabe duda alguna 
que mi corazón te llama y clama mi misericordia 
para poder verte una vez mas, 
y en tus brazos comulgar con tu alma dormida. 

Te extraño, 
con la necesidad de odiarte 
al mismo tiempo que éste querer olvidarte 
me hace AMARTE mas allá de la cordura.- 
by Melody.-

Pacto entre 2 almas



Pasaran miles de lunas. 
Y miles de estrellas serán testigo 
de nuestros encuentros clandestinos 
en todas las vidas que hemos 
vivido y aquellas vidas que vendrán.. 

Ya que nuestras almas 
han hecho un pacto de 
volvernos a encontrar 
en donde los cuerpos 
se hayan agobiado de amar..


by Melody.-